
Cuando un provolone ha madurado lo suficiente es mejor utilizarlo derretido en carnes o rallado sobre pasta, de forma similar al Parmigiano Reggiano. Un Provolone joven es excelente para usar como aperitivo junto con otros quesos, aceitunas, tomates, aceite de oliva y hierbas finas. Los mejores vinos para acompañarlo son un Chianti, Chardonnay o Barolo.